Siempre dejo para diciembre las ideas navideñas y siempre se me echa el tiempo encima: este año no me va a ocurrir. Pensando en hacer algo fácil, simpático, festivo y, cómo no, también en reutilizar materiales, me vino a la imaginación este angelito al que yo llamo "el nesprángel", porque está hecho con un cápsula de nespresso como vestido. El resto, ya se ve: fieltro para las alas, restos de encaje para los adornos, aluminio para la corona (¿o aura?), una bola de collar para la cabeza (hubiera preferido otro tipo de bola, pero no tenía nada más a mano y me urgía plasmar la idea...) y lana para el pelo. Los ojos y la boca, hechos con rotulador permanente, son claramente mejorables.
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